19 abril 2006

Madre, he desgarrado ya
los tres mil corazones de los astros
y de su pecho, la noche
no para de sangrar
su luz de abril

Madre, yo solo quiero fingirme loco
abrir su pezones de estrellas
y mostrarles los dientes
salpicarme la cara
con su lucero néctar
y reírnos apretadamente
sacudiéndonos de las ansias

Madre, quiero volver a beberla
aunque la noche no resiste
mi calvario
son mis besos espinas
el sexo su corona
su collar sin mis manos apretando
un ramillete de relámpagos
recreando la asfixia
que precede a la tormenta

Madre, la noche yace muerta en mi regazo
del cielo solo pende su ultimo vestido
el telón absurdo y vacío de su ultima visita
su cuerpo es un misterio
que llevo detrás de las pupilas
y que hoy en este instante
te confieso
bajo la cama
un capullo de memoria
hojas sueltas
y el polvo
dan abrigo
a lo perdido
se tejen las sombras
para ocultar todo aquello
que desea salvarse
de la daga
de mi recuerdo
radiante
espectral
prendido desde centro
de la noche
ya nadie se pregunta
si lo que se le ve
ya nadie imagina
si lo que se asoma
detrás de este cielo
cuantificado
seccionado
escudriñado por
lentes y satélites
es la imagen
que la diosa Venus
nos regala
de su ombligo