Fulgencia, vibraba
en mis palabras
como si fuese a cortarse,
a transformarse nuevamente
en barro
ella lo buscaba y yo
lo sabía
como amarillo su ausencia
la tarde era suficiente y
la excusa exacta, librando
desnudas mímicas de
letra mansa, intentaba yo
demorar su partida,
siendo la hoja blanca
en el centro de la mesa
mi única arma ( su cebo)
Fulgencia era azul y
todo lo sabía
mis deseos, el secreto
del laberinto y
el camino escorpión
una vez
a tientas jugamos
a ser, por los pasillos
verdes, llamándonos
con nueces o con palomas
y a la vuelta de
la esquina que deseáramos
enfrentados
semilla y maestro
nos dábamos aliento
para seguir
buscándonos
Fulgencia
descalza
de piel y sol
mancia de la inocencia
en mi infancia Fulgencia
era yo
29 marzo 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
7 comentarios:
Se puede buscar la 1º parte de esta historia en "la manara en que decimos sombra"
Genial los dos poemas
Muy lindo martín.... un beso grande
Muy bueno.
Me erizó los brazos, como la primera vez que leí BITÁCORA DE AMOR (DESCONOZCO LA SALIDA).
¡Qué maravilla la Fulgencia! Qué poema tan orgánico. Besos, Martín.
ah, no vale. acá yo ya había opinado :(
Siempre vale opinar!!!!!!
Great site loved it alot, will come back and visit again.
»
Publicar un comentario