27 junio 2007

Y ese era el árbol
de donde nacen los hombres
(a menudo lo visitabamos)
un clavo de rosas en los pies
y bajo su corteza
su feminina humedad
brillante o bendita

como un panal

ese era el árbol
su sexo era medulla
capullo de bellos dorados
(teniamos que descalzarnos)
para redimirnos en la copula
para devorarnos

ese era el arbol
divinidad entramada de savia
(ninguno de nosotros
/lo besabamos)
de sus frutos los santos
y mojas con cuchillos
entre las piernas

ese era el arbol
en cada semillas la communion
en cada petalo de virginad
la virtuosidad del higo
y el extasis de la ecuristia
tras el apareamiento

(alguien prendió fuego

y cortó sus raices)


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